La Trilogía Perfecta (Espíritu, Alma y cuerpo material)

El Espíritu: es una creación de Dios todopoderoso, inmortal e individual, y con libre albedrio, pero sujeto a las Leyes Divinas de nuestro Creador. Su labor es el pensamiento, razonamiento y voluntad. Facultades que va desarrollando para su progreso espiritual, que le permiten avanzar a mundos superiores donde comienza un nuevo ciclo más adelantado de aprendizaje. En los mundos como la Tierra, realizando sus obras en continuas vidas, con el objeto de ir purificándose de malas acciones realizadas en vidas anteriores que no le permiten progreso, y de realizar sus obras de justicia para avanzar y acercarse cada vez más al Divino Padre Creador. Es la vida verdadera. No tiene forma; es una chispa electromagnética donde reside la inteligencia, además toda la experiencia y conocimientos acumulados a través de todas las reencarnaciones. Los espíritus superiores que han llegado a un máximo de progreso y están cerca de Dios Todopoderoso, son los ángeles y arcángeles que aparecen en las sagradas escrituras. Son los ayudantes del Divino Padre para la creación eterna y continuada.

El Periespíritu: Es la envoltura etérea permanente del espíritu. Es la facultad sensitiva y emocional. Ambos; espíritu y periespíritu, dan forma a un “Alma”, tomando la figura humana, que a su vez es el molde del cuerpo físico. El espíritu toma de la atmósfera de la Tierra los elementos constitutivos para formar esa envoltura en un acto simple y rápido. Es el lazo de unión y de comunicación entre el Espíritu y el Cuerpo Físico, y es la forma como lo ven otros espíritus en el mundo espiritual. Es flexible y expandible. Durante el sueño, el Cuerpo Físico reposa con su vida autónoma y el Espíritu y su envoltura sale a vivir en el plano espiritual, donde no existe el tiempo, pero queda unido al Cuerpo Físico mediante el “Cordón Plateado”, que es una cuerda etérica mientras vive encarnado a un cuerpo material. Al despertar, el cerebro del cuerpo no registra esa vida libre del espíritu, solo quedan recuerdos vagos del sueño que algunas veces parecen incoherentes. Si es un espíritu consciente (con un poco de progreso) puede recibir enseñanzas que traspasara al cerebro de forma intuitiva, que en algún momento ayudara a su memoria innata, para desarrollar alguna misión que prometió antes de nacer. 

El Cuerpo Físico: es una máquina automática perfecta, que tiene su propia vida autónoma en la materia. Sirve al hombre (Espíritu) como instrumento para realizar sus obras en la Tierra, la facultad demostrativa de la inteligencia y las emociones. En este planeta inferior, el Cuerpo Físico está sujeto a los sufrimientos y a todas las pruebas que señale la Ley Divina, debido a sus obras de su vida anterior. El espíritu se asienta en la glándula pineal del hombre, desde ahí gobierna todo el mecanismo del cuerpo, da forma a las ideas pensamientos en el cerebro para que se conviertan en palabras, escritura, acciones, etc. Cuando el hombre desencarna, (Muere, se dice en la Tierra) el Espíritu abandona la materia o Cuerpo Físico y el “Cordón Plateado” se rompe.  El Espíritu entonces sigue viviendo en el plano espiritual, con plena conciencia e inteligencia, y sigue su eterno destino que le señalará la Ley de Justicia Divina.  Deberá enfrentar entonces el Auto-Juicio, acatando las condiciones en que deberá cumplir en su próxima reencarnación terrena.

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